domingo, 14 de diciembre de 2008

Música y Filosofía (primera parte)




La música tiene sus propias intenciones Wittgenstein solía decir que el objetivo de la música es comunicar sentimientos, cualesquiera que éstos sean.

Su fin último es el de transmitir de un ser humano a otro, o lo que es aún más importante, transmitir un mensaje que se produce en el interior para ser leído por las entrañas del más próximo.

El arte sonoro busca dar significados, lo cual encaja a la perfección con la filosofía y existencia del hombre, puesto que como bien ha dicho Nietzsche, nosotros siempre estamos haciendo una búsqueda constante de significados. Éstos se proyectan en los elementos que nos rodean, haciéndose lugar en nuestra cotidianeidad y en sus distintos niveles.

Al dar entrada a todos estos significados emanados por lo circundante, el hombre genera anhelos y por ende, satisfacciones que muchas veces no provienen de una necesidad específica, sino más bien del propio descubrimiento de sentirnos complementados sin explicación.

Las constantes variaciones y movimientos del mundo que nos rodean, modifican y ejercen un impacto directo sobre quienes somos, lo que buscamos, lo que queremos, y por ende lo que necesitamos. Nuestra esencia filosófica nos conduce al conocimiento, la experiencia, el diálogo e incluso a la seducción de nuevos momentos, personas, textos lenguajes, y evidentemente la música.




Continuara… (…)



Recopilación extraída de “El Corregidor” diario Queretano.

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